Lluïsa Vinyals

En el record la teva imatge, i un munt de vivències. Aquells dinars al vostre pis del Passeig de Sant Joan, la vostra casa, de la Carme i teva o teva i de la Carme, perquè féieu un tàndem indestructible. Aquelles sobre taules interminables fins que es feia l’hora de sopar.
Desgranant records i anècdotes…
¿Te acuerdas Ángel, cuando Carmen te corregía? Si decías algo cambiando fechas o lugares o nombres…ella siempre estaba para puntualizar…contextualizar. Eran momentos de historia vivida. Con episodios muy dolorosos y otros muy divertidos. El exilio en Paris, aquel espacio por el que pasó toda la intelectualidad del momento i en el que Carmen les ofrecía tortillas de patatas a cualquier hora.
Tu pueblo, Ángel, Olula del Río donde naciste i Macael donde de bien pequeño ya ibas a trabajar a las canteras de mármol. Allí ya viste tú que aquello no era justo, que unos hombres se mataran a trabajar en condiciones durísimas para que otros con las manos limpias se llevaran el beneficio. Y, lo quiso así el destino o la ironía de la vida, el gobierno de Aznar te condecoró con la medalla del trabajo y un alcalde del PP te nombró hijo predilecto de Macael.
Y cuando ya con tu enfermedad íbamos a los médicos y aprovechabas la visita para hacerles tu mitin particular o explicarles que habías estado en prisión por cuestiones políticas y muchos, médicos jóvenes, te escuchaban con verdadera devoción. Porque te hacías, te haces querer Ángel.
Por eso te mando estas letras que quieren recordarte aunque no hace falta, siempre estás con nosotros.
Gracias por tanto, gracias por todo, compañero.