Ramon Alós

Ángel, tu memoria sin duda trae muchos recuerdos; a mí por supuesto, y estoy plenamente convencido que también a cualquiera que haya compartido algún momento de vida contigo. Quiero resaltar dos recuerdos de ti que en mí son imborrables, muy consciente de lo injusto que soy dejando de lado otros. Estos son tu optimismo ante la vida y ante las adversidades, y tu entrega y lucha por una sociedad más justa.
Tu entrega por una sociedad más justa, sin explotación de ningún tipo, fue total, fue como la estrella que orientó y dio sentido a tu vida. De ahí creo tu optimismo, contagioso, para mi más admirable, si cabe, dadas varias duras circunstancias que acompañaron tu vida.
Ángel, han pasado diez años de tu muerte, pero tu recuerdo no se debilita, no puede debilitarse. Creo que con la “dignidad obrera” se expresa perfectamente lo que has significado para quienes te conocimos.