Andrea Tappi

Conocí a Ángel hace exactamente veinte años en estos mismos días. En primavera, en todos los sentidos. Más o menos joven graduado, obtuve la primera beca de mi vida para una investigación sobre la historia empresarial. El centenario del nacimiento de FIAT acababa de celebrarse y los estudios sobre el fabricante de automóviles de Turín se multiplicaban en Italia: ¿qué mejor oportunidad para investigar la historia de SEAT, su principal filial en el extranjero, y escapar como muchos de una Italia a punto de volver a estar a merced de Berlusconi y del berlusconismo? Quizás sería también por eso por lo que no quería llevar a cabo esta investigación sólo con las minutas de los consejos de administración y de las juntas de accionistas. También quería tratar de rescatar una voz desde abajo, la de los trabajadores de la mayor concentración obrera de Cataluña y de España, desde la fábrica. A la vez era la voz del movimiento sindical y de la disidencia contra el franquismo. Y así fue cuando, agobiado en el desierto documental que muchas veces sorprende a los investigadores, llegué a Barcelona, para consultar los documentos guardados en el Archivo Histórico de CCOO de Cataluña: las actas del jurado de empresa de SEAT, las octavillas, los documentos del Comité de Higiene en el Trabajo y más documentos que cuarenta años antes unas manos cómplices habían restado en secreto de su pérdida y destrucción; incluso en algún caso un material que había sido clandestino, llegando del exilio.
La vida y la actividad sindical de Ángel durante el régimen del general Franco, como la de tantos otros estuvieron marcadas por el combate obrero, la prisión y la tortura franquista. Le conocí allí, en el archivo, sentado en su despacho, en el sótano de lo que fue en los años grises la sede del Sindicato Vertical. Mirada dulce y suave de los que observan sin distancia, sino escuchando y dialogando con el investigador novato que no sabe nada y espera mucho. Sin reticencias, pero también sin afectación, dejando hacer, preguntar y fluir. Es la Historia a disposición de quien pregunta, allí en carne y hueso, y corazón.